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Propiedades Medicinales del Rábano Picante: Beneficios y Usos en la Medicina Tradicional

El rábano picante en la medicina tradicional

El rábano picante es una planta herbácea perenne que puede alcanzar una altura de hasta metro y medio. Posee una raíz gruesa y carnosa con múltiples raíces laterales delgadas. Su tallo es erecto y ramificado en la parte superior. Las hojas del rábano picante son alargadas, ovaladas y muy grandes en la base. Sus flores son pequeñas, blancas, de cuatro pétalos, con una longitud de cinco a siete milímetros, agrupadas en inflorescencias. Los frutos son vainas infladas y alargadas. La reproducción del rábano picante es vegetativa, y su floración ocurre en mayo y junio, dependiendo del lugar donde crece. Esta planta prefiere praderas húmedas, orillas de cuerpos de agua y lugares húmedos cerca de viviendas humanas. Está ampliamente distribuida por todo el continente euroasiático.

El principal recurso de esta planta para la medicina tradicional son sus raíces, que se recolectan en otoño. Las raíces desenterradas y limpias se almacenan en un lugar con una temperatura de cero grados, con una variación de más o menos un grado.

A veces, las raíces se recogen en invierno, retirando la nieve en lugares previamente marcados y excavando el material fresco. También es común realizar la recolección en primavera. Gracias a su alto contenido de aceites esenciales, aceite de mostaza, sinigrina, lisozima, glucosa, arabinosa, galactosa, vitaminas del grupo B y C, saponinas, entre otros, el rábano picante se ha utilizado durante mucho tiempo en la medicina tradicional.

El rábano picante fresco contiene en su jugo una sustancia proteica llamada lisozima, que tiene la capacidad de disolver las membranas de los microbios, creando así una barrera antibacteriana en el cuerpo humano. Las raíces frescas contienen una gran cantidad de ácido ascórbico, pero este se destruye si la raíz se corta o se ralla, en menos de una hora. Sin embargo, el rábano picante pelado y conservado en vinagre mantiene todas sus propiedades, ya que el ácido ascórbico se conserva en un medio ácido.

En la medicina tradicional, el rábano picante es apreciado tanto por sus hojas como por sus semillas, que contienen una gran cantidad de alcaloides, caroteno, vitamina C, sales minerales y flavonoides. Por esta razón, el rábano picante tiene propiedades coleréticas, bactericidas, expectorantes, diuréticas y depurativas de la sangre. También reduce los niveles de azúcar en la sangre, mejora el funcionamiento de los órganos digestivos internos y estimula el apetito.

Tomar una cucharadita de rábano picante rallado con miel antes de comer garantiza un excelente apetito. Según estudios científicos, el jugo de la raíz de rábano picante, diluido en agua, estimula la secreción de ácido clorhídrico en el estómago, siendo eficaz en el tratamiento de la gastritis. Sin embargo, el consumo en grandes cantidades no se recomienda para personas con ciertas enfermedades internas.

Uso del rábano picante en la medicina tradicional
El rábano picante se utiliza en la medicina tradicional de diferentes culturas para tratar reumatismo, cálculos en la vesícula biliar y en la vejiga, dificultades para orinar, gota, anemia, impotencia, escorbuto, artrosis, pleuresía, miositis y radiculitis lumbosacra. Se prepara una pasta diluida con raíces peladas y lavadas para frotar el cuerpo o se aplica el rábano picante fresco rallado como cataplasma en las áreas doloridas.

El jugo de rábano picante diluido en agua se utiliza para enjuagar la boca y la garganta en casos de anginas, amigdalitis, estomatitis y dolor de muelas. En caso de otitis crónica, se aplican una o dos gotas de jugo fresco en el oído. Una infusión de rábano picante en vodka ayuda a eliminar manchas pigmentadas y pecas cuando se usa como loción para la cara.

Para preparar un cosmético, se puede mezclar 50 gramos de rábano picante rallado con 250 gramos de vinagre, dejando reposar la mezcla en un lugar fresco y oscuro durante dos semanas. Luego, se filtra y se diluye en 1.5 litros de agua hervida fría. Este tónico se utiliza para limpiar la piel del rostro, las manos y el cuerpo, eliminando pecas, bronceado y manchas oscuras.

En casos de hepatitis infecciosa, se recomienda infusionar un kilogramo de raíz rallada en cuatro litros de agua hirviendo durante al menos dos horas. Después de colar, se consume medio vaso tres veces al día, endulzado con azúcar o miel.

Una cucharada de raíz triturada puede infusionarse en 400 ml de agua hirviendo durante una hora y luego colarse. Este remedio es eficaz para hacer gárgaras en casos de anginas, estomatitis, gingivitis y para limpiar heridas, cortes, heridas purulentas, úlceras y áreas afectadas por la seborrea.

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