Nuestras abuelas saben mejor que cualquier médico cómo tratar a sus nietos queridos. Y sorprendentemente, sus decocciones y compresas ponen a los niños de nuevo en pie mucho más rápido que las pastillas y las inyecciones. Quiero presentar varios de los métodos populares más conocidos para tratar a los niños.
Las decocciones hechas de hierbas y frutas secas (tilo, manzanilla, escaramujo) se preparan con agua hirviendo y se dejan en infusión durante 15-20 minutos. Tal decocción es muy efectiva para eliminar toxinas; alivia la carga sobre los riñones, ya que durante un resfriado o enfermedad infecciosa, los riñones trabajan al doble de velocidad.
La decocción de hinojo (eneldo de farmacia) ayuda con el dolor abdominal en los bebés. Los aceites esenciales del hinojo tienen un efecto espasmolítico y calmante. Para preparar agua de hinojo, tome una cucharadita de semillas de hinojo, vierta agua hirviendo sobre ellas y deje que se infusionen durante 10 minutos. Luego cuele las semillas y, para mejorar el sabor, agregue azúcar o miel a la infusión.
Para la tos seca, puede frotar el pecho y la espalda del bebé con grasa de ganso con unas gotas de aceite esencial de árbol de té o abeto. No es tanto la grasa lo que ayuda sino los movimientos de masaje que mejoran la circulación del sistema respiratorio. Esto estimula la expectoración y ayuda al niño a pasar de una tos seca a una productiva.
El polvo de mostaza se usa para calentar los pies. Vierta agua a una temperatura de unos 40°C en un recipiente y disuelva el polvo de mostaza en ella. También puede poner mostaza seca en calcetines y ponérselos al bebé durante la noche. Esto eleva artificialmente la temperatura, ayudando al niño a combatir los virus.
Para el tratamiento de la rinitis leve, generalmente se calientan las fosas nasales con un huevo hervido caliente o bolsas de tela caliente llenas de cereal. Sin embargo, para la sinusitis o la otitis media purulenta, es mejor consultar a un médico.
La instilación nasal con unas gotas de solución salina tibia, decocción de manzanilla, caléndula o salvia es muy efectiva para la rinitis. Para niños muy pequeños, se puede instilar leche materna en la nariz.
La tintura de cebolla es muy efectiva para los resfriados. Tome una cabeza de cebolla común, píquela finamente, luego agregue 2 cucharadas de azúcar o una cucharada de miel y deje reposar durante 12 horas. Los fitoncidas contenidos en el jugo de cebolla penetran en el cuerpo a través de los pulmones y el estómago, matando bacterias patógenas.
La cebolla horneada se utiliza para extraer pus de forúnculos o astillas. Para ello, se corta una mitad de cebolla en hemisferios y se hornea en una sartén tapada. Después de eso, se retira la película del lado interno del hemisferio y se aplica sobre el absceso. Después de unas horas, el absceso se abrirá y drenará el pus.
La hoja de repollo se aplana con un martillo, luego se unta con miel y se aplica sobre la zona afectada. Este método es muy efectivo para extraer abscesos superficiales y reducir la inflamación local. Sin embargo, recuerde que dicho tratamiento será más efectivo con un enfoque integral.
Un hisopo de algodón empapado en jugo de geranio se inserta en el oído afectado. Estos procedimientos se realizan varias veces al día. El geranio es un excelente antiséptico y agente antiinflamatorio. Sin embargo, recuerde que no se debe usar jugo de geranio para tratar tímpanos dañados o secreciones purulentas del oído.
Flores de geranio
Para quemaduras en el área afectada de la piel, se puede aplicar un apósito con jugo de sábila o kalanchó: es un excelente medio de desinfección y curación rápida de quemaduras térmicas.