La menta y la llantén son plantas que rejuvenecen y refrescan la piel, además de mejorar su tono y elasticidad, eliminando varios tipos de irritaciones.
El agradable y refrescante aroma de la menta indica la presencia de mucho mentol en la planta. Tiene un amplio espectro de efectos, lo que hace que la menta sea un ingrediente popular en la cosmética facial para pieles maduras e irritadas.
El mentol:
Limpia las células de toxinas acumuladas;
Normaliza la secreción de sebo;
Mejora la circulación sanguínea.
Dado que la menta tiene un efecto detoxificante y reduce la inflamación, es especialmente beneficiosa para quienes tienen piel grasa y mixta.
El llantén también rejuvenece eficazmente la piel y suaviza las arrugas porque:
Restaura la estructura del epidermis;
Fortalece los tejidos;
Acelera la regeneración celular.
Debido a las propiedades de la menta y el llantén, una mascarilla preparada con base en ellos será igualmente eficaz para combatir las arrugas de expresión y fotoenvejecimiento, la cuperosis y varios tipos de irritaciones.
INGREDIENTES
Hojas de menta: 1 cucharada
Llantén: 1 cucharada
Miel: 1 cucharadita
PREPARACIÓN
Mezcla las hojas de menta y el llantén.
Vierte 100–150 ml de agua hirviendo sobre la mezcla de hierbas.
Cuando la infusión se enfríe a temperatura ambiente, agrega la miel. Mezcla bien.
Aplica la mascarilla en el rostro durante 20 minutos. La frecuencia recomendada de la aplicación es de 2 a 3 veces por semana. La duración del curso de tratamiento es de 1 a 2 meses.
EFECTO
Calma la piel irritada.
Suaviza las arrugas finas.
Renueva las capas superiores del epidermis.
Limpieza y tonificación.
Proporciona a la piel firmeza y elasticidad.
Normalización de la actividad de las glándulas sebáceas.
Mejora de la circulación sanguínea y fortalecimiento de los vasos sanguíneos.
Mejora del tono facial.
