La diabetes es un conjunto de trastornos metabólicos que se desarrollan debido a la falta de la hormona insulina o a trastornos en su interacción con las células del organismo. Como resultado de estas alteraciones, se produce la hiperglucemia, un aumento persistente de los niveles de glucosa en la sangre.
La enfermedad se considera uno de los problemas médico-sociales más importantes en todo el mundo. Esto se debe a la amplia prevalencia de la enfermedad, la gravedad de las complicaciones y el costo elevado de los medios necesarios para el diagnóstico y tratamiento, que son necesarios a lo largo de toda la vida.
Según la Federación Internacional de Diabetes, actualmente más de 285 millones de personas en todo el mundo sufren de diabetes. Según las estimaciones de los expertos, para el año 2030 esta cifra alcanzará los 435 millones de enfermos.
El tratamiento de la diabetes se centra en eliminar los síntomas existentes sin afectar la causa de la enfermedad. Por lo general, la terapia implica:
- Compensación del intercambio de carbohidratos.
- Prevención y tratamiento de complicaciones.
- Normalización del peso corporal.
- Educación del paciente.
Para compensar el intercambio de carbohidratos, se utilizan con éxito preparados a base de plantas. Estos ayudan a aumentar la reserva alcalina y mejorar la utilización de la glucosa por los tejidos, reduciendo los niveles de glucemia. Los agentes hipoglucemiantes a base de plantas son no tóxicos, tienen efectos secundarios mínimos y no se acumulan en el organismo. Por lo tanto, su uso es posible a lo largo de toda la vida.
Las plantas en la diabetes
Un grupo de preparados de plantas tonificantes, como el ginseng, el eleuterococo, la raíz de oro y la zámuniha, tiene un efecto hipoglucemiante. Sin embargo, los pacientes con hipertensión arterial deben tomar estos preparados con precaución, controlando la presión arterial.
Las plantas más utilizadas para reducir los niveles de azúcar en la sangre son:
- Arándano común (infusión de hojas y bayas).
- Fresa silvestre.
- Hojas de nogal.
- Raíz de bardana.
- Raíz de achicoria.
- Raíz de valeriana.
- Hierba de cola de caballo.
- Hierba de ortiga.
- Raíz de diente de león.
- Flores de saúco negro.
- Hierba de espino cerval de mar.
- Vainas de judías.
- Hojas de menta piperita.
En las hojas y frutos de arándano se encuentra la inulina, que funciona eficazmente en la forma leve de la diabetes. Para el tratamiento de la diabetes, se utilizan los brotes de arándano, de los cuales se preparan infusiones, té y decocciones. El extracto de arándano no solo normaliza los niveles de glucosa, sino que también los mantiene dentro de límites aceptables durante un tiempo.
Las bayas y hojas de fresa silvestre contienen sustancias similares a la insulina y hormonas. Normalizan los niveles de azúcar en la sangre y mejoran el bienestar de los diabéticos.
Las hojas de nogal son más comúnmente utilizadas en la diabetes tipo II y en las etapas iniciales de la patología. Contienen vitaminas C, B1, P; componentes taninos, ácidos grasos, fitoncidas. Las sustancias biológicamente activas normalizan los niveles de glucosa en la sangre y neutralizan los espasmos vasculares.
La raíz de bardana contiene los glicósidos arctina y arctigenin, que tienen un efecto beneficioso en el metabolismo y la transformación de los carbohidratos. Además, la planta tiene el polisacárido inulina, que regula la concentración de azúcar en la sangre, reduciendo sus niveles.
Las raíces de valeriana se recomiendan en la diabetes debido a la presencia de amargor, que estimula la producción de insulina por el páncreas.
Para reducir los niveles de azúcar, se consume una decocción de las raíces de valeriana. Se vierte una cucharada de materia prima triturada con un vaso de agua y se hierve a fuego lento durante unos 30 minutos. Se toma una cucharada tres veces al día antes de las comidas.
Es beneficioso consumir achicoria todos los días en ambos tipos de diabetes. El extracto de esta planta contiene inulina, que permite mantener niveles estables de glucosa, evitando cambios bruscos en su concentración en la sangre.
La acción de la ortiga está dirigida no tanto a reducir el contenido de glucosa en la sangre como a mantener el funcionamiento normal de los órganos afectados por la diabetes. El sodio contenido en las hojas de ortiga estimula la producción de insulina y participa activamente en los procesos metabólicos; el magnesio mejora la secreción de insulina y su absorción por las células; la vitamina PP regula los niveles de azúcar en la sangre; las vitaminas del grupo B junto con el magnesio mejoran la absorción de insulina y ayudan a reducir la dosis de medicamentos hipoglucemiantes.
Las vainas de judía tienen un efecto demostrado en la reducción de azúcar en la sangre. Su principio de acción radica en la protección de las células beta de la destrucción, la estimulación de la secreción de insulina, la optimización del transporte de glucosa a los tejidos grasos y musculares, y la regulación de la liberación de glucosa del hígado.
Para mejorar el bienestar y reducir los niveles de glucosa, una infusión de vainas de judía, semillas de lino y frutos de espino cerval de mar puede ser útil. Se mezclan 30 gramos de cada ingrediente en un recipiente esmaltado, se vierten con medio litro de agua y se infusionan en un lugar cálido durante 10 horas. Se filtra y se toma 100 ml antes de las comidas tres veces al día.
Gracias a un complejo de sustancias biológicamente activas, la menta piperita también ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre.