Propiedades curativas de la sandía
A todos les gusta disfrutar de la sandía: no solo a los niños, sino también a los adultos. Sin embargo, no todos conocen sus propiedades curativas. Por eso, intentemos juntos llenar este vacío en nuestro conocimiento.
El cultivo de sandía se practica en China desde tiempos antiguos, e incluso fue honrado con su propia fiesta: el Día de la Sandía. Por lo tanto, no es sorprendente que allí surgieran los primeros conocimientos sobre sus efectos curativos.
Contenido del artículo:
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Propiedades curativas de la sandía
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Las semillas de sandía — un buen remedio contra los parásitos
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Uso de la cáscara de sandía en la enfermedad de cálculos biliares
Incluso los animales, desde ratones hasta elefantes, disfrutan de este fruto rayado lleno de agua.
Propiedades curativas de la sandía
Es fácil comprenderlo. Esta baya es rica en nutrientes y contiene:
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fructosa;
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ácidos orgánicos;
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vitaminas A, C, B, B2, B6, P;
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ácido fólico;
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pectinas;
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potasio;
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hierro;
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magnesio;
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calcio.
Gracias a las pectinas, mejora la peristalsis intestinal y se elimina el colesterol del cuerpo humano. Además, la sandía tiene un efecto rejuvenecedor. Por eso, no dudes: come sandía una o dos veces en la temporada. Las mujeres incluso pueden usar la pulpa o el jugo de esta fruta para hacer mascarillas faciales.
La presencia de potasio ayuda a mantener el funcionamiento normal del organismo, lo que hace que la sandía sea especialmente valiosa. Es particularmente beneficiosa en enfermedades renales, trastornos de las vías urinarias y diarreas prolongadas, cuando el cuerpo sufre una deficiencia de potasio.
La sandía es baja en calorías y, al mismo tiempo, rica en agua y hierro. Por lo tanto, se considera un producto muy útil para quienes luchan contra la obesidad.
La sandía puede ayudar en casos de:
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hipertensión;
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aterosclerosis;
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gota;
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artritis.
Estas enfermedades son más frecuentes en las personas mayores.
Consume sandía si padeces enfermedades del hígado, problemas de vesícula biliar o intoxicaciones internas y externas, ya que ayuda a eliminar toxinas del cuerpo.
Y eso no es todo — todavía hay más propiedades curativas de la sandía…
Semillas de sandía — un buen remedio contra los parásitos
En este caso, las semillas se muelen hasta obtener un polvo. Luego, una parte del polvo se mezcla con diez partes de leche (por ejemplo, una cucharada de polvo en diez cucharadas de leche). El medicamento está listo.
Un adulto puede tomar dos vasos de esta mezcla al día (un cuarto de vaso en ayunas). Para un niño es suficiente con un vaso al día. El tratamiento dura 7 días, luego se hace una pausa de una semana, y después se repite por otros 7 días. Así se trata la colecistitis por giardiasis.
En el pasado, se trituraban semillas de sandía con agua (también 1:10). Beber esta “leche” servía para tratar la fiebre y como antiparasitario. La cáscara de sandía tiene un efecto similar.
Las propiedades curativas de la sandía también se usan en la urolitiasis por urato y oxalato de potasio. Sin embargo, los trastornos del metabolismo de las sales pueden tener distintas causas. La dieta de sandía elimina ciertas sales, pero otras permanecen y, durante la diuresis, pueden provocar crecimiento de cálculos.
Por eso, al usar estos remedios naturales, es fundamental comprender la causa del trastorno metabólico para no dañar al organismo.
Uso de la cáscara de sandía en la enfermedad de cálculos biliares
La cáscara verde de la sandía (solo la parte verde, sin la capa blanca) se utiliza para tratar los cálculos biliares. La cáscara debe pelarse cuidadosamente, picarse y secarse.
Preparación del remedio: 1 cucharadita de cáscara seca se vierte con un vaso de agua hirviendo, se deja reposar 20–30 minutos y se cuela. Beber ¼ de vaso 4 veces al día.
La parte blanca de la cáscara también se puede usar como remedio. De ella se puede exprimir jugo, que se aplica en enfermedades del corazón, del hígado e incluso en el ascitis (cuando el líquido se acumula en la cavidad abdominal).
Es importante recordar que la sandía que consumas con fines terapéuticos debe ser limpia, cultivada sin estimulantes de crecimiento, nitratos ni otras sustancias dañinas.