Probablemente estés familiarizado con la situación en la que tu garganta empieza a doler de repente, las amígdalas se inflaman, se cubren de una capa blanca y aparecen abscesos con pus, la temperatura sube y sientes debilidad en todo el cuerpo. Todos estos son síntomas de una afección seria conocida como amigdalitis. Si no se trata a tiempo, lo que podría parecer un simple dolor de garganta puede llevar a consecuencias más graves, mucho más difíciles de manejar. Por lo tanto, es importante que todos reconozcan los síntomas de la amigdalitis a tiempo y tomen medidas para evitar que la enfermedad empeore. Y para hacerlo, no es necesario comprar una gran cantidad de medicamentos, ya que la amigdalitis se puede tratar en casa.
¿Cuánto Sabes Acerca de la Amigdalitis?
La mayoría de las personas conocen lo básico sobre la amigdalitis, como una enfermedad inflamatoria que causa dolor intenso en la garganta y dificultad para tragar. Sin embargo, este conocimiento no proporciona una imagen completa de los síntomas. Hay muchos otros signos que aparecen antes de que la persona comience a experimentar dolor al comer o hablar. Conocer todos los síntomas puede ayudarte a tratarlos en las primeras etapas de la enfermedad.
Aquí tienes una descripción detallada de los síntomas de la amigdalitis:
- La garganta, especialmente alrededor de las amígdalas, laringe, paladar superior y la base de la lengua, comienza a enrojecerse. Al principio, el enrojecimiento puede ser leve, pero gradualmente se extiende y se vuelve más brillante, cubriéndose con una capa blanca. En la mayoría de los casos, aparecen ampollas blancas llenas de pus en las amígdalas y, a veces, incluso en las paredes de la garganta. En casos avanzados, el espacio entre las amígdalas inflamadas puede reducirse tanto que incluso respirar se vuelve difícil, por no mencionar comer.
- La inflamación en la garganta se acompaña de dolor. Al principio, solo se siente al tragar, pero a medida que la enfermedad avanza, el dolor se vuelve constante, causando mucho malestar y pérdida de apetito.
- La temperatura corporal aumenta rápidamente, alcanzando entre 39-40°C (102-104°F). En casos graves, puede ser aún más alta. Esto suele ir acompañado de dolores de cabeza, alternancia entre escalofríos y calor, y una debilidad general.
- Debido a la intoxicación del cuerpo por la enfermedad, los ganglios linfáticos en el cuello pueden hincharse y doler.
- En los niños, los síntomas a menudo incluyen vómitos y diarrea.
Existen varios tipos de amigdalitis, como la amigdalitis folicular, purulenta, catarral, viral y lacunar, todas las cuales pueden tratarse con remedios caseros.
Medicina Natural Indispensable
Cuando te sientes mal, lo mejor es siempre consultar a un médico para que identifique la causa y te dé el tratamiento adecuado. Por ejemplo, en el caso de la amigdalitis, los médicos suelen recetar antibióticos, analgésicos, antipiréticos y soluciones para hacer gárgaras. Estos tratamientos suelen ser muy efectivos.
Pero, ¿qué hacer si no puedes tomar todos esos medicamentos? Tal vez el paciente sea un niño y sea difícil hacerle tomar pastillas o hacer gárgaras. En estos casos, los remedios naturales pueden ser una solución, como lo han sido durante generaciones.
Remedios Naturales que Funcionan
Existen muchas plantas y métodos que pueden ayudar a tratar la amigdalitis de manera efectiva. Aquí te presentamos algunos de los más populares y comprobados:
- Jugo de remolacha: Hierve una pequeña remolacha hasta que esté suave, cuela el líquido y déjalo enfriar. Usa este líquido para hacer gárgaras.
- Ajo: Conocido por sus propiedades antiinflamatorias, el ajo puede ayudar. Bebe una cucharadita de jugo de ajo tres veces al día o mastica un diente de ajo para liberar su jugo.
- Mezcla de hierbas: Mezcla partes iguales de hojas secas de plátano, ajenjo y flores de caléndula. Hierve una cucharada de esta mezcla en 200 ml de agua durante 15 minutos. Una vez enfriada, usa la infusión para hacer gárgaras cada dos horas.
- Solución de permanganato de potasio: Disuelve un poco en agua tibia hasta que la solución adquiera un color rosa oscuro, y haz gárgaras tres veces al día.
- Agua con limón: Mezcla una parte de jugo de limón con dos partes de agua. Haz gárgaras con esta mezcla varias veces al día. Masticar rodajas de limón también puede ayudar a aliviar el dolor de garganta.
- Infusión de manzanilla: Usa una cucharada de manzanilla seca en agua hirviendo y bebe la infusión o haz gárgaras con ella. Añadir miel mejora el sabor y potencia el efecto curativo.
- Aceite de abeto: Usa un hisopo de algodón para aplicar aceite de abeto en las amígdalas inflamadas, o frótalo en el pecho y la espalda para aliviar los síntomas.
- Inhalación de cebolla: Tritura una cebolla, colócala en un plato pequeño e inhala sus vapores durante unos minutos. Repite este procedimiento tres veces al día.
- Solución de bicarbonato y sal: Disuelve media cucharadita de bicarbonato y sal en un vaso de agua tibia, agrega unas gotas de yodo y haz gárgaras regularmente.
- Tés de hierbas: Bebe tés de hierbas calientes hechos con manzanilla, menta o salvia para mantenerte hidratado, especialmente si tienes fiebre.
Estos remedios son adecuados tanto para adultos como para niños. Si el niño es muy pequeño y no sabe hacer gárgaras, puedes usar una jeringa para rociar la solución en su garganta.
En conclusión, la amigdalitis purulenta, al igual que otras formas de esta enfermedad, puede tratarse eficazmente con estos remedios caseros.