Traumatología y Ortopedia

Tratamiento de la Osteocondrosis con Remedios Caseros #2

La osteocondrosis no comienza de manera repentina. Esta enfermedad insidiosa puede acercarse sin ser notada y persistir durante años. Afecta a personas de todas las edades, no solo a los ancianos. La causa principal de la enfermedad es la deformación del tejido cartilaginoso entre los discos intervertebrales debido a una distribución incorrecta de la carga en la columna vertebral. Enfermedades respiratorias, situaciones de estrés, sobrecargas físicas y lesiones en la columna vertebral pueden desencadenar el inicio de la enfermedad.

Una persona puede experimentar dolor en el pecho, el cuello o la parte baja de la espalda, dependiendo de qué parte de la columna vertebral esté afectada por los discos intervertebrales. A veces, puede parecer dolor en el corazón, pero en realidad es un nervio pinzado. Junto con el dolor, el paciente siente entumecimiento y tensión muscular. Dolores de cabeza, tinnitus, mareos e insomnio también pueden ser molestos. En casos severos, toda la columna puede verse afectada, dificultando al paciente señalar el área de mayor dolor. ¿Cómo puede uno ayudarse en casa sin recurrir a tratamientos más complejos?

¿Qué remedios y métodos ofrece la medicina popular?

Parece que tratar la osteocondrosis con remedios caseros es bastante sencillo. Hay muchos excelentes remedios caseros cuya efectividad ha sido probada con el tiempo. Aquí tienes algunos remedios efectivos comprobados en la práctica.

Frotaciones:

  1. Mezcla una taza de jugo de rábano, una cucharada de miel, 120 ml de vodka y una cucharada de sebo. Derrite el sebo previamente. Frota esta mezcla en el área afectada.
  2. Hay una planta de interior llamada Crassula o planta de jade. Sus hojas grandes, jugosas y gruesas deben ser finamente picadas y colocadas en un frasco de 500 ml. Llena el frasco con alcohol o colonia «Triple». Colócalo en un lugar oscuro durante un mes, agitando la tintura cada dos días. Frota las áreas dolorosas con ella.
  3. Toma:
    • Media taza de piel de rábano negro finamente picada;
    • Media taza de raíz de rábano picante seca y triturada;
    • 2 piezas de pimiento rojo seco y picado;
    • Media taza de particiones de nuez;
    • Media taza de cáscaras de piñón.

Mezcla estos ingredientes y vierte 450 ml de vodka o alcohol sobre ellos. Déjalos infusionar en un lugar oscuro durante 11 días. Frota todo el cuerpo, desde los talones hasta la coronilla, con la mezcla obtenida hasta que la piel la absorba completamente. Es mejor frotar después de un baño, pero no antes de acostarse. Esta frotación estimula, energiza y aumenta la productividad. Es especialmente efectiva para personas mayores, ayudando a prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares, aliviando el dolor en las articulaciones y mejorando la concentración y la memoria.

El rábano negro, el rábano picante, la colonia y el pimiento rojo picante irritan la piel, mejorando la circulación sanguínea. Las cáscaras de piñón y las particiones de nuez proporcionan efectos analgésicos y antiinflamatorios. Esta es la base de la acción positiva de estos remedios.

Infusiones:

  1. Infusión de Saúco Negro: Tiene propiedades antiinflamatorias, reduce la hinchazón y alivia el dolor. Para prepararla, coloca tres cucharadas de flores de saúco en un recipiente de un litro y vierte agua hirviendo sobre ellas. Deja infusionar durante dos horas. Añade miel al gusto. Bebe sin restricción.
  2. Infusión de Castaño de Indias: Otra buena receta con propiedades similares. Toma tres cucharadas de corteza y frutos de castaño de indias picados, colócalos en un recipiente de medio litro, vierte agua hirviendo sobre ellos y deja infusionar durante cuatro horas. Añade miel al gusto. Bebe medio vaso seis veces al día después de las comidas.

Decocciones:

  1. A principios de primavera, recoge la corteza de los brotes jóvenes de álamo, roble, abeto y lila. Haz una mezcla en partes iguales, tritura y seca. Para preparar la decocción, vierte tres cucharadas de la mezcla en 450 ml de agua hirviendo y hierve durante 12 minutos. Deja infusionar durante 6 horas. Toma 75 ml cuatro veces al día después de las comidas.
  2. Una decocción de hojas de abeto y lingonberry ayuda rápidamente con el dolor severo. Para prepararla, coloca una cucharada de la mezcla en agua hirviendo y hierve durante 2 minutos. Deja infusionar durante 25 minutos. Cuela la decocción. Tómala durante 2-3 días. Las hojas de lingonberry y abeto tienen efectos antiinflamatorios, aliviando el dolor y la hinchazón. Esta decocción se llama «primeros auxilios» para el cuello y la parte baja de la espalda.

Compresas:

  1. Mezcla 75 ml de jugo de aloe, 120 g de miel y 225 ml de vodka y deja infusionar durante 12 días. Empapa un paño con esta mezcla y aplícalo en el área dolorosa durante la noche.
  2. Mezcla partes iguales de aceite de maíz, miel, aceite de girasol y tintura de propóleos al 10% (disponible en farmacias). Aplica la pomada preparada generosamente en una hoja de papel del tamaño de una mostaza y colócala en el área dolorosa durante 6 horas. Asegura la compresa con una venda y envuélvela con una bufanda de lana.
  3. Mezcla 250 ml de bilis médica, 150 ml de alcohol de alcanfor y 2 vainas de pimiento picante trituradas. Vierte la mezcla en una botella, ciérrala y colócala en un lugar oscuro durante ocho días. Empapa un paño de tela con esta mezcla y colócalo en el área dolorosa. Cubre con una película y una bufanda cálida. Mantén durante unas horas. El curso debe ser de al menos 5-10 procedimientos.

Las compresas calientan el área afectada y ayudan a consolidar el efecto terapéutico.

Si tienes dolor en la parte baja de la espalda o en el cuello, el tratamiento en casa también es posible. Existen recetas caseras simples y efectivas que pueden aliviar el dolor y restaurar la libertad de movimiento. Sin embargo, no te limites solo a la medicina popular. Planea una visita al médico.

A veces el dolor en la espalda no es causado por osteocondrosis. Para determinar la causa y hacer un diagnóstico preciso, debes someterte a un examen con un neurólogo, realizar pruebas de laboratorio, ecografía, radiografía o resonancia magnética (RM). Incluso si el dolor es leve y pasa rápidamente, no pospongas la visita al médico.

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